En el año 1880, los EE UU avanzaba en su desarrollo económico con un alto nivel industrial y productivo, con treinta millones de trabajadores, sobre una población de setenta millones de personas. La mitad de los trabajadores eran asalariados en la industria, el comercio y los servicios. Como un reflejo de lo que acontecía en Europa, se repetían tensiones sociales, en la transformación del artesano en obrero, mientras crecía la revolución técnica y productiva en la región. El asalariado pasó a ser un elemento importante en el sistema; le explotaban con pagas menores, con mayor rendimiento horario y contratos de semi- esclavo. A partir del año 1850 se activaron movimientos de reivindicación de los trabajadores que fueron duramente reprimidos por los grupos dominantes. El 25 de Junio de 1868, por la presión político-social, el Congreso promulgó la ley “Ingersoll”, estableciendo jornadas de 8 horas para quienes trabajasen para el Gobierno Federal y el distrito de Columbia (sede de las autoridades nacionales); cosa que no sucedía en las industrias privadas donde se trabajaba entre 11 y 14 horas, con descanso de media jornada los domingos y no en todas las empresas: un trabajador salía de su casa a las 4 y volvía a las 20 horas, sin ver a sus hijos ni familia. Así comenzaron los reclamos y los primeros intentos de organización. En Pittsburg, corría el año 1881; siendo el centro del acero y el hierro; se forma la “Trade unions” (uniones profesionales), que luego se transforma en la Federación Norteamericana del Trabajo (AFL) En un Congreso efectuado en Chicago en Noviembre de 1884 aprueban la lucha por las 8 horas en EE UU y Canadá, que debía aplicarse a partir del 1º de Mayo 1886 con la siguiente declaración: “ A PARTIR DE HOY, 1º DE MAYO DE 1886, NINGUN OBRERO DEBE TRABAJAR MÁS DE 8 HORAS POR DÍA: 8 HORAS DE TRABAJO! 8 HORAS DE DESCANSO! 8 HORAS DE EDUCACIÓN!” La organización sindical y la dirección de los reclamos reivindicativos, los dirigían grupos de militantes anarco-sindicales, europeos y de Chicago, entonces foco de la agitación. Al aproximarse el 1º de Mayo, 250.000 trabajadores logran las 8 horas y consiguen 1.000.000 de asalariados, jornadas de 10 horas. Pero 40.000 huelguistas son despedidos y reemplazados por rompehuelgas. La fábrica de máquinas agrícolas “Cyrus Mac -Cormink “ despide a 1200 obreros y frente a la empresa se efectúa un acto y escuchan al dirigente Agust Spies, nombrándose una comisión para negociar con los patrones. Mientras esto sucedía, la policía y los rompehuelgas atacan a los piquetes, hieren a 50 y matan a 6 obreros. Los anarquistas enfurecidos, proclaman: “Los trabajadores, no son carneros vale más la muerte, que la miseria” y convocan a un meeting el día 4, donde asisten 15.000 obreros, hablan Spies, Parsons y Fielden, estando presente el alcalde de Chicago. Cuando termina el acto, la policía ataca y cae una bomba que mata a 8 de ellos. Las fuerzas del orden hacen fuego graneado y producen decenas de muertos y heridos. Son detenidos y procesados los dirigentes anarquistas y son condenados a pena de muerte, menos, uno de apellido Neebe, que es condenado a 15 años de trabajos forzados. Al efectuarse una investigación por John Altgeld, gobernador de Illinois, se descubren irregularidades y falsedades del proceso judicial. Es así, para todos los trabajadores del mundo, estos hombres quedaron en la historia como “Los mártires de Chicago” y en cada 1º de mayo (desde el año 1890) se los evoca, mas allá de su ideología y posiciones políticas, como símbolos de decisión y sacrificio por su lucha por una sociedad mas justa y con dignidad laboral. Vaya en esta fecha, nuestro homenaje, como empleados de comercio, a todos los trabajadores del mundo |